jueves, 14 de diciembre de 2017

MIRÓ PINTABA MONSTRUOS SIN EMOCIÓN

El juego del tablero de cuentos nos propuso analizar estas pinturas a la vez que analizamos nuestros ojos. Un ejercicio de observación que aprovechamos muy bien.

Cuando llegamos un lunes nos encontramos un móvil con muchos dibujos. Unos niños saltaban para coger los dibujos y Carlos los interrumpió: Es lo del otro día de la pizarra mágica. Él lo llama cine.

  • ¡Son monstruos!
  • Hay una cucaracha
  • No es una araña
  • O, un ojo.


Vamos a verlo otra vez en la PDI, y dibujo la figura humana, imitando a Miró.
- ese es muy feo Teresa
- pero es muy fácil dibujar, que yo no sé.
Sigo dibujando.
Le falta los brazos
¿Lo hacemos?
y también la boca
¿Cómo lo dibujo?
Enfadado
Así no es enfadado...
- Pues ayudarme
Salen uno a uno y los demás evaluaban: eso es serio, eso es contento, triste...pero no dábamos con la posición correcta de la boca que les convenciera a ninguno de que era enfadado, pero como decía María es que yo quiero que esté contento.

¿cómo hemos llegado a hablar de monstruos, a emociones?


Que casualidad que teníamos el cuento de monstruo de colores que nos habla de las emociones, y supimos definir lo que nos pasa. Y ampliar nuestro número de monstruos. Enseguida que tocaban el monstruo enfadado se les pasaba y cambian de color.

REPRODUCIMOS LA OBRA DE MIRÓ.
Hasta los 3 pelitos le pusieron.

Cada vez que dibujamos una figura nos acordamos del monstruo de Miró. Nuestros dibujos se parecen tanto...

Seguimos investigando emociones, ahora asociamos expresiones de  personas a los colores de los monstruos.  Utilizamos para ello unos buzzer del mismo color que los monstruos de colores. Lo primero que hicimos fue reforzar los colores con ayuda de un sonido.
 Aprovechamos los buzzer para asociar objetos de color a los monstruos. Si acertaban podían hacerlos sonar.



Al analizar las imágenes de  las personas, había expresiones que nos costaba un poco más. Gonzalo seguía sin saber como se dibujaba una cara enfadada. Utilizamos un juego de Activitea donde aprendimos una nueva emoción: sorprendido. Y nos fijamos que el enfadado enseñaba los dientes.

Imitamos los gestos.

Hacemos nuestro particular monstruo de colores, utilizando la técnica del bastoncillo. Podían elegir los colores que querían. Decían  que el suyo estaba también liado. Alejandro decía que cambiaba de color cuando quería, según la emoción...


Le pusimos nombre escogiendo letras al azar y después leyendo esas letras utilizando los sonidos fonéticos que hemos trabajado. Fue fácil porque casi todos cogían su letra. Así el monstruo de Ismael, se llamaba II, El de Jaime solo J, el de Alejandro AS, Adriana puso solo consonantes y le añadimos una O en medio: LONX. El de Pablo se llama PU...

Pero estos monstruos tampoco tienen emoción. ¿Qué hacemos?

Os lo cuento en otra entrada.



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