Durante una semana nuestro sombrero ponía distintas caras y nos hacía preguntarnos a nosotros mismos si teníamos que hacer algo más, hasta que un día nos dejó 2 bolsas de globos.
Después del recreo subimos al gimnasio y nos encontramos todos los globos inflados y con caras.
- Con ellos interpretamos emociones. Las imitamos bailando pero hacían trampa, pues solo querían coger la contenta. A las órdenes de la seño debían soltar el globo que tenían y coger otro.
- Jugamos a adivinar: escondemos un globo y con nuestra cara los demás adivinan que emoción tenemos.
Sentimos nuestro cuerpo, nuestra propia respiración.
Nos relajamos con el yoga animal. En una de las normas que no os hemos contado hablábamos que los enfados no son buenos, que hay que relajarse. Un peque dijo que su mamá hacía yoga y eso hicimos nosotros. Primero practicamos en clase con ayuda de un video.
Os dejo un vídeo resumen de donde sacaron ellos la conclusión que se lo habían pasado muy bien. De ahí nuestra última norma : reír.
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