La programación y la robótica está fuera de lo cotidiano y de la rutina. Quizá no esté en el curriculum de infantil, no de forma explícita, pero lo que se consigue los viernes forma parte del desarrollo cognitivo del alumno. Experimentamos, pensamos, practicamos, compartimos, corregimos y mejoramos semana a semana. Y la competencia digital aparece envolviendo todas estas competencias.
Un ozobot se convierte en villano, elegimos al negro, el color favorito de los malos de la tele. Y el otro es pollito con la funda amarilla y rodeado de un limpiapipas con pico para darle más credibilidad, una idea que me dió Carmen Gloder en twitter. ¿como hacemos que este pollito ande?
Una manera de hacerles realizar trazos con un sentido, y líneas cerradas, es utilizar estos pequeños robot. A los peques les encanta realizar pequeños mapas.
Recordamos que la grafomotricidad no tiene porque ser solo repaso de letras y números. En estos mapas los peques realizan picos, líneas rectas, cuadradas y pequeñas curvas.
Al principio la salida era el cole y la llegada la isla, y no añadían nada más, pero esa era su historia. Un pequeño laberinto, con curvas en algunos casos, que acaba en un destino.
En nuestra última sesión de robótica de este curso algunos de los peques hicieron su mapa a color, utilizando detalles, complementos, y para mi sorpresa los códigos de colores.
Uno de los equipos inventó sus propios códigos, digo inventó porque no tenían la plantilla de programación por colores. La sorpresa fue cuando Adriana consiguió hacer girar al villano.
Este es un ejercicio de investigación, ensayo y error. Carlos hasta quería llevarse la plantilla y el robot a casa.
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