Primero practicaron ellos solos a enganchar con cables y pilas, el primer contacto resultó difícil sin ayuda, pues no conseguían enganchar las pinzas. Pero en la siguiente ocasión, Claudia descubrió que con solo tocar con la pinza en la plastilina la bombilla se encendía.
La actividad consistían en contar algo bueno de cada uno, pero eran los compañeros quien debían de decirlo. Encendemos la luz que corresponda si nuestra idea es buena o mala.
Así cada uno resaltó ideas como, ayudar a sus compañeros de mesa. Como juegan con los más pequeños en el patio, el que comparte, etc. Pero no está bien cuando empujamos o se nos escapa la mano: luz roja.
Nos dibujamos pensando.
Así pensamos:
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