En nuestro proyecto de monstruos tenemos una lista de cuentos imprescindibles. Uno de ellos es este cuento que no solo trabaja los colores si no las emociones. Me venía ideal para reforzar al monstruo de colores..
Acercándose el día de la paz, trasladé la idea a mis compañeras que sería perfecto dedicarlo a la convivencia, regalar besos que ellos entienden mejor. Así que mezclamos lo que teníamos pensado con los besos. De este modo surgió un día estupendo de convivencia.
Cuando les pregunté a los peques de que color eran los besos algunos me decían que del color que se pinta mamá los labios jeje.
Votamos el color preferido y salió vencedor el rojo. ¿A quien se lo regalamos?
Nos juntamos todo juntos en el patio para hacer intercambio pequeños con mayores.
Regalamos nuestro beso a amigo mayor que surgió y ellos a nosotros. No llegó a casa porque el día fue muy largo.
Después de este beso: CARRERA,
Lo importante no era ganar si no cuidar de nuestro nuevo amigo, respetando ritmos. Lo demostraron las últimas en llegar: Carla de 5 años que respetó el ritmo de la peque María sin importarle.
La carrera les encantó, sirvió para calentarnos un poquito, y divertirnos, los peques querían más.
Después del patio tocó hacernos otros amigos, los más mayores vinieron a clase para ayudarnos a colocar nuestro deseo de paz en el patio y bailar una canción. Esta visita no nos gustó tanto, mis peques no les gustan los mayores...
Y ya en clase también elegimos a un amigo para regalarle besos, bueno corazones.
Elegían su foto en color y al amigo en blanco y negro para completar los cuerpos. Cuidado que alguno dibujaban de nuevo la cara..
Estos son algunos de los trabajos, el de los más presumidos jeje.
Preciosa forma de celebrar el día de la Paz y bonito cuento.¡Un besico y a por el viernes!
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